Gente del Monte

 

El Musgoso

El Musgoso s�lo vive para hacer el bien en el monte, avisa de los peligros de la Naturaleza, del Oj�ncano y de otros seres malignos. Siempre est� andando. Lentamente. Como si estuviera cansado. Nunca se detiene.  Guarda en su zurr�n una flauta negra de madera desconocida que toca cuando algo malo va a suceder y as� advierte a los pastores. Por la noche nunca toca la flauta, silba.                                                                       En invierno, cuando los pastores no suben al monte, el Musgoso repara sus caba�as y sanea las fuentes para cuando los pastores vuelvan en primavera.

 

El Arquetu

Es un viejo de larga melena bermeja, vestido con un h�bito blanco salpicado de pintas moradas y en su frente lleva pintada una cruz verde rodeada de llaves y candados. Le irrita que los hombres despilfarren su hacienda en juergas y vicios, y recorre con su arquita los montes y valles de Cantabria ayudando a la gente y dando consejos para que ni los pobres ni los ricos malgasten sus caudales.                                Cuando alg�n desgraciado pierde sus bienes por haberlos malgastado, se le aparece el Arquetu que le afea su conducta primero, y despu�s le da unas onzas de oro que lleva en su arquita, para que las invierta en trabajo y las haga fructificar. Pero si el derrochador se gasta esas monedas en vicios, el Arquetu le condena a pasar el resto de sus d�as pidiendo limosna por los caminos, o a cosas peores.

 

Las Mozas del agua

Son unas muchachitas muy peque�as que se cubren con capitas de hilo de oro y plata y que viven en magn�ficos palacios en algunas fuentes y r�os de Cantabria. No tienen tantos poderes como las Anjanas, pero son riqu�simas.                                                                                                                                                     Los d�as de sol salen del agua y, en corros cantan y bailan, y de cada pisada brotan unas florecillas amarillas y rojas que si alguien consigue coger, ser� feliz y rico toda la vida.                                                   Por lo general, siempre hay un mozo agazapado esperando que las mozas recojan sus madejas de hilo de oro. Si que da alg�n hilo suelto y el muchacho consigue agarrarlo, las mozas tiran de �l y lo arrastran al agua. Una vez �ste en su palacio, se casar� con una de ellas y una vez al a�o sale del agua con su esposa para dejar alg�n collar o pulsera encima de una roca o en la rama de un acebo. Estas joyas s�lo son visibles para las doncellas virtuosas que, si lo coge y lo guarda hasta el final de sus d�as, le confiere la facultad de curar cualquier tipo de enfermedad, utilizando s�lamente agua de fuente o r�o.

 

La Guajona

Es una vieja delgad�sima y siniestra, tapada de la cabeza a los pies con un manto negro. Tiene en la boca un �nico diente, negro y enorme como un pu�al que le llega por debajo de la barbilla.                No vive de d�a; sale por la noche y entra en las casas sun hacer ruido, se acerca a los ni�os y j�venes sanos cuando est�n durmiendo y les clava ese diente suyo en una vena, les bebe la sangre y los deja descoloridos.

 

Osa de Andara 

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Famosa mujer-osa de nuestra mitolog�a. Se dice que vive en la regi�n de Andara donde aterroriza a sus habitantes. Habita en el Grajal y Mancodio en verano y en las cavernas de la entrada al desfiladero de la Hermida conforme se va acercando el invierno. A medida que el tiempo empeora, el fr�o y las nieves la obligan a bajar a Andara. Se dice que es muy brava y forzuda atacando sin cobard�a solo a aquel que le irrita. Tiene cara de mujer, aunque est� arrugada y quemada por el sol. Asimismo, sus rasgos est�n desdibujados por su aspecto bestial. Sus cabellos est�n arremolinados y son oscuros como el carb�n. Sus brazos y piernas est�n cubiertos tambi�n por un espeso pelambre semejante al de un oso, de donde viene su nombre. Se cubre el cuerpo con un traje ra�do y harapiento as� como con pieles de cabritillo. Se alimenta de leche, casta�as, ra�ces y ma�z, aunque tambi�n se dice que mantiene con ella un reba�o de ovejas que ella misma roba y de las que se alimenta. Tambi�n captura a veces un rebeco recien nacido al que cr�a y domestica y que no sacrifica hasta que ha encontrado otro para suplirle.

 

                                                                                                                                                                                            A parte de estos, hay otros muchos personajes que viven en los montes c�ntabros como:

El hombre de la flauta de piedra, que transforma a los ni�os malos, mentirosos y ladrones en saltamontes, lechuzas o luci�rnagas.

Las princesas moras de las cuevas, que guardan los tesoros abandonados cuando las huestes de su pueblo tuvieron que huir hace siglos.

Las doncellas del dilablo, que corro�das por los celos, siembran la mala intenci�n por dondequiera que van.